sábado, 21 de febrero de 2009

Rolling Stone and Hell Angels


Coctel: Rolling Stone, Simpatia por el Diablo y Hell Angels

Después de una gira exitosa por los Estados Unidos, los míticos Rolling Stones decidieron despedirse agradeciendo a su público con un concierto gratuito en las colinas de Altamont, cerca de San Francisco en California. Anteriormente, un concierto en el Hyde Park de Londres, se había desarrollado sin incidentes custodiado por los famosos Hell’s Angels. La banda confió el servicio de seguridad en Altamont a la misma agrupación cometiendo un grave error, pues los Hells de San Francisco eran mucho más agresivos que los de Londres y expresaban un odio visceral hacia los hippies. Fueron 300.000 personas las que se hicieron presentes en Altamont y las peleas comenzaron de inmediato. El grupo Jefferson Airplane apenas pudo tocar algunas canciones mientras Hells e hippies se trenzaban a golpes destruyendo la batería y el equipo de percusión del conjunto rockero. En una clara provocación los Hells habían estacionado sus motos Harley Davidson frente a todo el escenario y el público enloquecido caía sobre esas máquinas causando el furor de sus dueños. Cuando por fin los Rolling Stones comenzaron su concierto las imágenes eran increíbles. Mick Jagger cantaba con un Hells desafiándolo a pocos centímetros del micrófono, Keith Richards se enojaba deteniendo su guitarra y gritando improperios a los Hells que no paraban de golpear a la gente, una mujer completamente desnuda era expulsada del escenario con brutalidad pero lo peor aún faltaba. En efecto, de pronto un joven negro de nombre Meredith Hunter se precipitó rumbo al escenario con una pistola en la mano. Inmediatamente fue interceptado por los Hells y en medio de la confusión y la trifulca fue salvajemente apuñalado. Nunca se supo quién fue el asesino, pero en las imágenes impresionantes del filme “Gimme Shelter” se puede apreciar claramente el cuchillo que penetra una y otra vez en el cuerpo de Meredith Hunter. Ese día la mayoría de los asistentes emprendió el camino de regreso con una lágrima en el ojo. Desde entonces, el concierto de Altamont y el asesinato de Meredith Hunter son considerados cómo el anti-Woodstock, pero a fin de cuenta reflejarían la intensidad de una época en la cual el rock’n roll marcaba a punta de guitarras el ritmo de su tiempo.